22 marzo 2009

Perfectamente, imperfecta.

Sumerges te quieros en mis labios, te invento, te juego, te quiero, no te quiero, te tengo, no te tengo.

Soy muy cobarde para mis sentimientos, muy cobarde para lo que quiero, muy cobarde como para decirte que te quiero a tí.

Quizás sea el temor a no ser perfecta para tí. Parecerte aburrida. Patética. Juguetona. Torpe. Infantil. Fría. Dulce.
Muy deprimida. Muy alegre. Muy cambiante. Muy inestable.

O quizás sea este maldito temor al rechazo que me deja muda.

Y al final quizás no termines siendo tú, quizás al final del día termine siendo yo. Con este corazón latiendo a mil por hora y un par de nervios ahogándose en el vaso que dejaste con sabor a tí.

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