05 julio 2009

Running with scissors.

¿Se enamorará María Claudia? ¿Jugará con su suerte? ¿Le hará frente a sus miedos? ¿Dejará sus historias? ¿Comenzará la suya? ¿Seguirá siendo la misma niña infantil, engreída e insoportable que a veces es?

Siempre vi mi vida como un trailer. Y hoy en el cine así la vi, mientras aquel sentimiento de resurección gobernaba mi cabeza.

Porque una vez que todo el drama se va, y sientes cómo cualquier rastro de tristeza pasado quedó en un segundo, tercero, cuarto, plano, la depresión se retira de tí.

Y hoy alguien me preguntó hoy si estar deprimido era malo.

Y no lo es porque siempre llega el momento de llorar, llorar una vez al mes, dos a la semana, tres al año, siempre llega el momento de aliviar las penas. El equilibrio mundial juega con nosotros, llevándonos por el camino más turbio, nos hace caer, nos hace reír, nos hace odiar, nos hace amar. Nos hace perdernos para al final encontrarnos.

Perder para encontrar. Ese debería ser la eterna frase mundial.

Perderte para encontrarte.
Perderlos para encontrarlos.

Y perderme, para encontrarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario