27 agosto 2009

Jamás consumido.

Casi no recordaba este poema. Casi, hasta hoy que escuché mi nombre, alguno que otro aplauso, algo con un concurso, y mi cabeza comenzó a recordar.

Mi memoria comenzó a sacar frase por frase.

Yo, perdí en el vano intento de no pensar.

Y aún después de releer cada palabra, sentirla y contenerla en mí se que este poema no me pertenece.

Pertenece a una ilusión caducada cuatro meses antes de su fecha de vencimiento.

Pertenece a la chica que aún miente para que todos vean una sonrisa que aún no se dibuja por completo.

Ya no me pertenece, al menos no por completo, porque una parte le pertenece.



Consumamos un trato

Prometo rescatar tu olvido,
Si rescatas mi ilusión.

Prometo no esconderte los acordes de mi voz,
Si no me escondes el vacilar de tu mirada.

Prometo regalarte el calor mis abrazos,
Si me regalas tus sonrisas.
Prometo tatuar el sabor de mis besos en tu rostro,
Si tatúas el aroma de tu piel en mis mejillas.

Prometo enterrar temores que siguen mi rastro,
Si entierras fantasmas pasados.
Prometo jugar con tu mal humor hasta extinguirlo,
Si juegas con mis risas, hasta que sólo su eco rompa todo silencio.

Prometo recorrer el camino perfecto a tus labios,
Si recorres el camino imperfecto hacia los míos.

Prometo pintar de ternura, tus ojos,
Si pintas de tu azul, el gris de mis días.

Prometo ser el tequila que deje inconsciente tu melancolía,
Si eres el superhéroe que me salve, de mi misma.
Y prometo entregarte mi corazón,
Si me entregas la mitad del tuyo.

Hagamos un trato donde no hallan ganadores ni perdedores,
Donde juguemos hasta que la luna no sonría,
El amanecer nos robe bostezos y un nuevo día sea testigo de besos.

Hagamos un trato sin argumentos,
Donde el sol despida caricias,
El mar nos robe suspiros y el cielo se destiña de ternura.

Hagamos un trato sin fecha de caducidad,
Sin expedientes que nos condenen,
Ni palabras que el viento se robe.
Donde enamorarse sea el pecado más dulce,
Estar juntos, nuestro eterno castigo.

Y sellemos un trato donde se nos permita amarnos
Hasta que el verbo se vuelva carne,
Y se albergue en ti, en mí.
Y al final, nunca lo consumieron.

2 comentarios:

  1. Amee el final. y aunque digas que el poema no te pertenece, si no le pertenece a una ilusion .

    Escribes hermoso .

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias! Creo que no es tanto lo que escribes, sino lo que sientes cuando escribes...todo es relativo :)

    Bah, no me hagas, estoy algo desequilibrada estos días.

    ResponderEliminar