17 agosto 2009

Y al final, siempre recuerdas el comienzo.

Ya no recuerdo el comienzo, pero sí recuerdo las advertencias, nuestras eternas ganas de darles la contra, y los adictos que nos volvimos, sin pensarlo, a la peor droga existente.

Aquella que nos hizo esclavos de los celos y el alcohol.

Aquella que batalló contra ansias y miradas.

Aquella que se comió nuestros más íntimos deseos y terminó robándose besos.

Aquella, de amigos y amores.

Y cada uno la recordará de diferente manera.

La memoria traicionará recuerdos, distorsionando unos, borrando otros, pero al final quedarán aquellos momentos que construyeron nuestra historia.

Donde aprendimos a llorar, reír, bromear, pelear, odiar, e increíblemente a amar.

Donde están ellos, donde estoy yo.

Y así es como yo la recuerdo.

Con la memoria y el corazón.



Y después de dos años vuelvo a retomar aquella historia que no quiero olvidar aún cuando quedan escasos meses para ponerle fin. Porque como dicen, siempre antes de llegar al final, recuerdas el comienzo.
Y por hoy, recuerdo nuestro comienzo.
De amigos, de amores.
De todos. Corrección, de nosotros.
Y ahora sin celular, iré a dormir, aunque antes pasaré a visitar a Paola Tú tienes la respuesta.

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