Porque últimamente hay demasiados demonios dentro de mí.
Después de hacer un par de muecas, y bromear hasta que ya no había cabida para desfigurar sus ojos, dejó de seguir la risa de los demás, y me miró.
-Él no te gusta. -Me dijo con seriedad.
-¿Perdón?
-Que no te gusta pues.
-¿Qué ahora lo sabes todo?
-Claro. Se que es tu mecanismo de defensa.
-¡¿Qué?!
-Sí pues.
-Cállate.
Y no seguí con el tema.
El asunto no es 'me gusta' 'no me gusta', el asunto es que me gusta estar con él.
Me gusta que me sonría y juegue con mis rulos.
Me gusta oler su cuello y escuchar su risa.
Me gusta que con él, no hay palabra alguna que me saque de mis casillas.
Me gusta que él no me miente, y sepa qué quiere.
Me gusta sus malas bromas, y pésimas imitaciones.
Me gusta en lo perfecto y en lo imperfecto.
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