Travesuras Online

Y sus conversaciones se abrieron casi simultáneamente.

Supongo que al final eso era lo que ambas queríamos, tanto ella, tanto yo. Y ahí estábamos, jugando a ser la otra, sin que se dieran cuenta. Ella tenía un par de asuntos que dejar en claro, y yo, sólo lo hacía por curiosidad y sacear las ansias que tenía de poder mantener una conversación abierta, sin que mis impulsos fueran capaces de arruinar momentos.

Sí, ella era yo. Yo era ella. Y nadie tiene por qué saberlo.

Juego de amigas. De mejores amigas.