Y clavas el puñal.
La herida duele, segundos después da lástima. Lástima porque vuelves a jugar a la vulnerable, a la patética, a la miedosa, a la que siente caer, a la que vacila en sus pasos.
Quiero, necesito, querer y no terminar sepultada bajo un corazón roto, pero arriesgarse a veces suena imposible.
Arriesgarse es jugar el pocker del amor, donde ganas su corazón, o simplemente pierdes el tuyo.
Y no quiero perder, porque perder ya me hirió, porque perder no es una opción y menos cuando se pierde aquel único órgano capaz de hacerme sentir viva.
La herida duele, segundos después da lástima. Lástima porque vuelves a jugar a la vulnerable, a la patética, a la miedosa, a la que siente caer, a la que vacila en sus pasos.
Quiero, necesito, querer y no terminar sepultada bajo un corazón roto, pero arriesgarse a veces suena imposible.
Arriesgarse es jugar el pocker del amor, donde ganas su corazón, o simplemente pierdes el tuyo.
Y no quiero perder, porque perder ya me hirió, porque perder no es una opción y menos cuando se pierde aquel único órgano capaz de hacerme sentir viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario