Te veo y mi respiración se entrelaza con sus risas.
Te veo y no se las palabras apropiadas.
Quizás sea amor.
Risas.
Mi ADN no acepta amor.
O compromisos.
Pero sin embargo sigo temblando cada vez que siento tu piel. Balbuceando cada vez que te hablo, y mirando al suelo si tus ojos se dirigen a los míos.
Porque me gusta sentirme así. Nerviosa. Alegre. Deprimida.
Me gusta que me hagas sentir así.
Y aún en mi torpeza escucho tu risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario