Tras leer sus palabras cada latido se detuvo en seco. No debi leerlas, como ella me dijo, pero la curiosidad venció mi autocontrol, y lo hice.
Leí sus palabras, y cada mísero adjetivo.
Maldita sea, no pienso ser melodramática, porque el drama me hastía, pero todo rastro de dulzura o ternura, desapareció de mí. Por completo.
Olvidé años de amistad. Detalles bonitos. Olvidé peleas divertidas. Olvidé momentos. Porque simplemente ahora no me importan, no me importan porque esas palabras borraron mi memoria.
Ahora tengo alzheimer voluntario, y lo único que no recuerdo, eres tú.
Bienvenido a mi lista de recuerdos inservibles.
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